A
pesar de ser una de las herramientas tecnológicas más útiles y de haberse
convertido en absolutamente necesaria en nuestra sociedad actual, Internet ha
adquirido una centralidad extraordinaria en la vida del adolescente. En algunos
casos, el uso excesivo puede llegar a interferir con otras actividades
cotidianas y hasta perturbar sus relaciones sociales y familiares. Pero en el
caso de que, además, sea incapaz de dejar de usar Internet, o de que sienta un
enorme malestar cuando no se pueda conectar, podemos encontrarnos frente a un
problema de adicción. En este texto se describe con detalle un modelo de
tratamiento estructurado en sesiones individuales y de grupo. Se especifica
cómo evaluar el problema, de qué forma presentar la información al usuario o
diseñar la intervención y cuáles son las principales fases del proceso de
recuperación, así como la forma de prevenir las recaídas. Se trata de abordar
eficazmente uno de los problemas que acechan en la actualidad a jóvenes y
adolescentes: la adicción a internet.
El uso y
abuso de Internet están relacionados con variables psicosociales, tales como la
vulnerabilidad psicológica, los factores estresantes y el apoyo familiar y
social. Hay algunos factores de riesgo específicos para el abuso de las redes
sociales entre los jóvenes. Algunas señales de alarma se disparan antes de que
una afición se convierta en una adicción.
El concepto
de “adicción a Internet” se ha propuesto como una explicación para comprender
la pérdida de control y el uso dañino de esta tecnología. Los síntomas de la
adicción a Internet son comparables a los manifestados en otras adicciones.
Deben programarse estrategias preventivas tanto en el seno de la familia como en
la escuela sobre la base de los factores de riesgo y de las características
demográficas de los sujetos. El objetivo del tratamiento, a diferencia de otras
adicciones, debe ser el uso controlado. El tratamiento psicológico de elección
es el control de estímulos y la exposición gradual a Internet, seguido de un
programa de prevención de recaídas. Se requiere más información sobre los
programas más adecuados para los pacientes más jóvenes, así como estrategias
motivacionales para el tratamiento.
La
adicción a la internet es una categoría que agrupa a una serie de desórdenes
relacionados, a saber:
1.-
Compulsión por actividades en-línea
2.-
Adicción al cyber-sexo
3.-
Adicción a los cyber-romances
4.-
Adicción a la computadora
La
adicción a las actividades en línea incluye, la compulsión por: las subastas,
la navegación web, el juego de azar en línea, la obsesión con la programación,
con los juegos de computadora, así como la búsqueda compulsiva de sexo y
relaciones disfuncionales a través de la internet, foman parte de este
síndrome:
El
abandono de la vida familiar y/o social, el descuido de las funciones
laborales, asi como el deterioro de la higiene y salud física a raíz de la
inversión de energía y el tiempo invertido en la adiccion a la internet, son
características de este desorden.
En 2012 Australia fue el primer país
en añadir la adicción a Internet a su Manual de Psiquiatría. En la Argentina,
las consultas sobre esta patología comenzaron a inicios del milenio, en plena
época de cibercafé y Counter Strike,
y crecieron en los últimos cinco años. “Como toda
adicción, Internet puede ser el
detonante de otros problemas (depresión, ansiedad, ludopatía).
Además cada edad tiene sus propios
riesgos. Los principales inconvenientes de los chicos son generados por los juegos y el cyberbullying. En la adolescencia
crece la dependencia de lasredes
sociales. En los adultos, se suman la pornografía y el casino virtual.
En los últimos años, dos servicios en auge aportaron su
grano de arena. En primer lugar los smartphones hacen que el acceso Internet esté permanentemente
disponible. A toda hora y en todo lugar, el mundo está a un clic de distancia.
Uno de los trastornos más recientes es el de los crackberries, personas que revisan
cerca de 400 veces por día sus mensajes en el celular. El otro factor lo
representan las redes sociales, que posibilitan el intercambio instantáneo de
mensajes.
Ese cocktail produjo un problema nuevo: el miedo a perderse algo (FOMO en
acrónimo inglés), que provoca que se esté chequeando todo el tiempo las notificaciones
de las redes sociales o del Whatsapp. “Uno ve lo que hace otra
persona y siempre nos parece que está bárbaro. Entonces se genera la necesidad
de mostrarse”, explica Jurkowski.
Un estudio reciente de ComScore concluyó que Argentina
es el país que más horas invierte en las redes sociales: 10
horas mensuales, casi el doble del promedio global, que es 5,2 h. Su influencia
aumenta entre los adultos: el segmento de los usuarios mayores de 55 años es el
de mayor crecimiento en el uso de las redes sociales (en algunas zonas de
América Latina, el aumento es del 95%).
Con el desarrollo de Internet y su crecimiento exponencial han
aparecido también los primeros casos de psicopatología relacionados con la red.
El trastorno de dependencia de la red se ha conocido con muchos nombres:
desorden de adicción a Internet –Internet Addiction Disorder (IAD).
Uno de los aspectos
problemáticos es: ¿a qué se hacen adictos los adictos a Internet? ¿Es al
contenido al que acceden o es al Internet en sí? Respecto a esto Pratarelli y
cols ,utilizan el término de adicción al ordenador/Internet, y la definen como
un fenómeno o desorden putativo que depende tanto del medio como del mensaje,
sin inclinarse a favor de ninguno.
Varios autores han señalado que Internet podría ser, en al mayoría
se los casos, solo un medio o "lugar" donde alimentar otras
adicciones o trastornos , adicción al sexo, ludopatía o parafilias), aunque
también señalan que existen casos de adicción a Internet por sí mismo.